31.12.09

10 horas, 52 minutos, 36 segundos...

10 horas, 52 minutos, 36 segundos... eso es lo que queda para que termine el año. Toda esta semana, probablemente, las personas se hayan estado haciéndose propósitos para el nuevo año, pero como escribió hace unos días una amiga yo este año no voy a proponerme nada, luego nunca se cumplen. Nos hacemos demasiadas expectativas para el nuevo año, esperamos demasiado de él, y luego, claro, así vienen tantas decepciones. Y cuando llega el 31 de diciembre y haces un balance del año, te das cuenta de que prefieres no hacerlo, de que sólo cumplieron tus expectativas unos cuantos momentos que puedes contar con los dedos de una mano, aun así, debes sentirte muy afortunado por ello.
Se celebra que entra un nuevo año, lo que significa que hemos sobrevivido al anterior, lo que no ha sido, para nada, una tarea fácil. Se celebra que entra un nuevo año como si todo lo que pasó en el anterior ya no existiera, como si el simple hecho de pasar de un día a otro fuera algo que pudiera dejar atrás los fantasmas del año anterior. Es cierto que es un día, un momento, único e irrepetible, pero ¿qué día del año, qué momento, no lo es?







"Princesa del más oscuro cuento de hadas..."
Victoria Francés

No hay comentarios: